lunes, 21 de noviembre de 2011

Cruzar las vias del metrotranvia una odisea

Vecinos del barrio Antártida de Luzuriaga (Maipú) dicen que desde que comenzaron las obras, hace dos años, deben pasar sobre las piedras y muchos ya han sufrido caídas. La llegada del Metrotranvía es celebrada en distintas localidades de la provincia como una brisa de progreso; sin embargo, las casi 800 familias que viven en el B° Antártida Argentina de Luzuriaga, Maipú, se quejan porque desde que comenzaron las obras, hace dos años, tienen que cruzar las vías entre las piedras de balasto para trasladarse hasta las paradas de micro. Así, muchos vecinos, sobre todo niños y ancianos, han sufrido caídas en el intento, incluso una mujer padeció una grave lesión en su tobillo. Justo frente a la calle Fagnano, entre Teniente Olivera e Hipólito Yrigoyen, las obras del Metrotranvía Urbano contemplaron las construcción de un parador que cuenta con un paso peatonal, pero para llegar a ella hay que "escalar" la plataforma, acción que se dificulta bastante para los peatones. Entonces la opción es cruzar las vías entre las piedras y allí aparecen caídas de todo tipo; algunas leves y otras complejas, como la que sufrió Delia Morienega, quien padece un esguince de tobillo, con ligamentos del pie comprometidos. Pero Delia no es la única que sufrió en carne propia las obras inconclusas. Es que la zona es de paso, no sólo para quienes utilizan el transporte público para entrar o salir del barrio; también cientos de personas llegan hasta allí para asistir al Centro de Salud. Otro gran número de alumnos que cursan en la escuela Alfonsina Storni, transitan la zona. Lo cierto es que las escaleras o la rampa para llegar a la plataforma y luego a la pasarela construida para cuando el tren comience a funcionar normalmente, aún no está concluida y ése es justamente el pedido puntual de los vecinos. "Desde que se fue la presidenta, aquel día de la inauguración del Metrotranvía, desaparecieron todos los obreros, no se hizo nada más. Todos hemos tenido caídas. Además, hay chicos discapacitados y gente muy mayor a los que se les hace imposible cruzar las vías sin tropezar. Yo estoy con un esguince de tobillo, con ligamentos comprometidos y sin poder trabajar. Cobro 70 por ciento de mi sueldo y tengo una recuperación muy extensa", comentó Delia Morienega. Las obras en el lugar comenzaron hace dos años y desde entonces los impedimentos para cruzar las vías para los peatones han sido recurrentes. "Yo me he caído varias veces. Antes nos quejábamos de que no había semáforo en la zona y murieron varias personas. Ahora puede pasar lo mismo y nadie hace nada. Sandra Trentini, otra vecina del lugar, asegura haber tropezado en tres oportunidades. "Durante dos años cruzamos entre las máquinas y esquivando pozos de todo tipo. Ahora tenemos el problema de las piedras que están sueltas, entonces uno pone el pie y se desplazan. Además, no hay nada de luz en las noches; sólo se puede advertir algo por la luz que alcanza a llegar desde la calle y ése es otro impedimento a la situación", coincidieron los vecinos. Nelly Hidalgo, una señora mayor, también señaló que las condiciones del lugar la obligan a cambiar sus hábitos. "Ya no puedo ir a tomar el colectivo. Ahora cada vez que tengo que trasladarme tengo que pedir un taxi porque no me animo a cruzar las vías", agregó. Acerca de las posibilidades del reacondicionamiento de la zona y las ventajas de traslado que promete la llegada del Metrotranvía Urbano, los vecinos coinciden en que nada de eso los favorece. "Con el micro "Diferencial' en 12 minutos estamos en pleno centro. El Metrotranvía, en cambio, llega hasta la calle Belgrano de Capital, entonces ni siquiera eso nos conviene", argumentó el grupo de vecinos del Antártida.(Los Andes)

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