jueves, 28 de febrero de 2013

Tras las quejas, ponen en valor Estacion Once


Los tableros electrónicos y molinetes funcionaron ayer y hubo empleados controlando los tickets; una nota periodística publicada el lunes denunciaba promesas incumplidas del Gobierno. Rostros cansados, espaldas inclinadas como si estuviesen cargando una mochila, y la ansiedad de salir rápido de la estación de Once, esa misma donde hace poco más de un año ocurrió la tragedia en la que 51 personas perdieron su vida . Del otro lado, hay prisa también. Nadie mira, todos caminan a paso veloz. Son pocas las personas- tres, en un lapso de más de media hora- que se detienen a observar el cartel electrónico, que indica la salida de los próximos servicios. Para algunos son pequeños cambios positivos, para otros, sólo un maquillaje para ocultar las falencias.

10.07. Andén 5. Normal. Confirmado. Once. El tablero que, anteayer dejó de funcionar por unos minutos a la tarde, ayer no presentaba inconvenientes. Según consignó Clarín en su edición del lunes, no sólo el cartel no funcionaba, lo mismo ocurría con los molinetes, y no había empleados controlando los tickets. En un día eso cambió, aunque desde Unidad de Gestión desmienten que haya sido a raíz de la publicación. "Ayer [por el lunes] a la mañana el tablero anduvo, a la tarde puede ser que haya dejado de funcionar unos minutos. Hace una semana lo colocaron. Antes hacían los anuncios a través de los altoparlantes. El tablero, en sí, ya estaba, pero lo usaban para publicidades", dijo a este medio Daniel Sosa, de 21 años, y que desde hace dos trabaja en un puesto de diarios y revistas de la estación.

Ángel Sabarese es un frecuente viajero del ex Sarmiento. Relojea el tablero y rápidamente se dirige a tomarse el tren. "Me fijé para ver si para en todas las estaciones. Me orienta", explicó. A diferencia suya, José Silva, no es un usuario habitual, pero también observa en la pantalla los servicios. "Yo veo poco y a mí, realmente, me ayuda. Vivo en San Miguel y trabajó en Morón", dijo. Arriba de la boletería se ve un cartel blanco, vacío. Allí, hasta hace tres semanas funcionaba otro cartel electrónico. Antes, explicó Sosa, los anuncios de los servicios los hacía por los altoparlantes. El día del fatal accidente, Juan Carlos Velázquez, de 53 años, por casualidad no estaba en el tren ya que se encontraba de vacaciones. Hace 10 años toma el mismo servicio. "Hay un cambio. Se está modernizando todo, pero siempre queda mucho por hacer. Los colectivos que pone el Gobierno, nunca sabés si están, sobre todo, los fines de semana", expresó. Por eso, para dirigirse a Congreso donde trabaja, baja del tren y se toma el colectivo línea 57. Para Lucas Folso, de 21 años, que toma el tren para ir a la universidad todos los días, pequeños cambios hay. "Obras se ven, el tema es que el tren antes pasaba más rápido", señaló, aunque aclaró que para él, si bien tarda 20 minutos más para hacer el mismo recorrido, por precaución está bien que vaya más lento. Desde el Centro de Atención al Usuario que está en la estación Once explicaron que la empresa está trabajando para poner "todo a punto", pero todo lleva tiempo. Una empleada señala a empleados trabajando para arreglar unos molinetes que todavía no funcionan.

Un viaje, una odisea. Algunos cambios para la infraestructura. Para Graciela Da Silva, de 57 años, que viaja, una vez por semana en el tren, "todo es una pantalla". "Miro el tablero, quizá, pero ni le presto atención", señaló. Para ella lo importante es viajar bien. Lo mismo que quieren todos, aunque para algunos de a poco, algunos pequeños cambios se observan... (lanacion)

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