El control de los subsidios está bajo sospecha; también señalan a los
empresarios ferroviarios. Ex funcionarios de la Secretaría de Transporte
-entre ellos, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi- y el actual
subsecretario, Antonio Luna, deberán responder ante la Justicia por
malversación de fondos públicos, por no haber controlado el destino de
los subsidios que recibió la empresa TBA, lo que fue considerado
determinante para que se produjera la tragedia de Once, el 22 de febrero
pasado, según la acusación del fiscal. La pena por ese delito, por el
que serán indagados el mes próximo, es de hasta 10 años de cárcel. Los
responsables de la concesión -el grupo Cirigliano- fueron considerados
partícipes. Además, la fiscalía les enrostró a los funcionarios,
empresarios y al motorman haber actuado con negligencia, lo que provocó
el descarrilamiento, delito castigado con hasta cinco años de cárcel. El
fiscal federal Federico Delgado aseguró así que en la tragedia, en la
que murieron 51 personas, confluyeron las responsabilidades de los
funcionarios que permitieron el desvío de fondos de los subsidios, el
mal estado de la formación, las deficiencias de funcionamiento de un
freno de emergencia y del parachoques del andén, y la eventual conducta
del motorman, que pudo no haber frenado a tiempo. Con este análisis,
cuando el juez federal Claudio Bonadioindague a los ex secretarios de
Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, al subsecretario de
Transporte Ferroviario Antonio Luna, al titular de la Comisión Nacional
de Regulación del Transporte (CNRT), Antonio Sicaro, y su antecesor
Pedro Ochoa Romero, deberán responder por el delito de peculado, que
castiga a los funcionarios que sustrajeron caudales. Para el fiscal son
"cómplices de esa sustracción" por permitir el desvío de fondos de los
subsidios. Según el escrito que el fiscal entregó ayer a Bonadio y al
que accedió LA NACION, los responsables de TBA y Cometrans son los
sospechosos, ya identificados por Bonadio: los hermanos Mario y Claudio
Sergio Cirigliano; Carlo Michelle Ferrari, presidente de TBA; Jorge de
los Reyes, vicepresidente de TBA y Oscar Gariboglio, vicepresidente de
Cometrans; Sergio Tempone, gerente de operaciones; Roque Cirigliano,
gerente de material rodante; Daniel Lodola, gerente de la línea
Sarmiento; Pedro Ranieri, jefe del taller de Castelar; Luis Ninona,
superior de Ranieri, y Marcos Córdoba, el maquinista, además de catorce
directores de TBA y Cometrans. Entendió Delgado que los funcionarios,
los empresarios y el maquinista fueron eslabones de una cadena de
actuaciones negligentes que determinaron que deban responder en un
juicio oral. Por eso los acusó de actuar sin intención, pero con
desidia, una acusación similar a la de estrago culposo, por el que
fueron condenados los responsables de la tragedia de Cromagnon. "Hubo
negligencias y no todas ocurrieron en el mismo tiempo. Sin embargo,
todas fueron eslabones de una cadena que se cerró el 22 de febrero.
Schiavi, Jaime y Luna, que no implementaron decisiones de control. El
desempeño de Ochoa Romero y de Sícaro no traspasó la formalidad.
Córdoba, que no prestó la atención necesaria. Los integrantes del grupo
Cirigliano que se guiaron por un frío interés de lucro al que
subordinaron el compromiso asumido al firmar el contrato de concesión.
Todos ellos encadenaron sus "negligencias" y causaron el resultado",
escribió Delgado. Y explicó el rol que le cupo a cada uno en la
tragedia: Jaime, como secretario de Transporte entre 2003 y 2009,
Schiavi, su sucesor y Luna -aún subsecretario de Transporte
Ferroviario-"crearon el contexto" para que se produjera el choque del
tren. La CNRT, que debía controlar a los concesionarios, cumplió un rol
formal, porque impuso sanciones por falencias en el servicio, nunca
ejecutadas. Para Delgado hubo "una complicidad, probablemente anclada en
un pacto (expreso o tácito) entre TBA, la CNRT y la Secretaría de
Transporte, lo que disolvió cualquier chance de control". Dice, además,
el fiscal en su presentación: "El concesionario hizo cuanto quiso, no
cumplió con las pautas del contrato; en particular con las inversiones y
mantenimiento. Pese a ello, el Estado inyectó fondos pero los
funcionarios deliberadamente optaron por no controlar refugiándose en la
sacralidad del «expediente» que se convirtió en un simple recurso para
ocultar la realidad y, eventualmente, proporcionar una explicación a los
organismos de control y/o a la opinión pública. Esta connivencia es lo
que en derecho penal se denomina complicidad criminal", firmó el fiscal.
Dijo Delgado que los empresarios incumplieron su rol al desviar los
subsidios, Recordó que desde 2003 fueron redefinidos 19 veces y que TBA
recibió más de 1900 millones de pesos. Quien abría esa canilla era la
Secretaría de Transporte. Los ingresos por subsidios para TBA pasaron
del 32% en 2003 al 75% en 2009. Crecieron un 132% y eso no se reflejó en
el subsidio, dijo el fiscal, que enumeró que el Estado "pagaba a
ciegas, tarde, con intereses" y que además pagó "sin controlar y
desoyendo advertencias". Por eso, basado en los informes de la AGN,
entendió que la tragedia estaba latente. PALABRA DE PERITO
Parachoques:
no funcionó el sistema hidráulico que debía hacer funcionar los
amortiguadores. Se convirtieron en fijos, pero el desnivel del tren con
ellos agravó las consecuencias del choque. Fue peor que chocar una
pared, dijo un perito.
Frenos : los sistemas de freno de los vagones
funcionaron adecuadamente, aunque el juez ordenó más peritajes para
determinar con que intensidad frenó el tren y si recuperó el aire en los
compresores a tiempo para volver a accionar el freno.
Mantenimiento: los vagones tenían vencida la fecha para hacer sus revisiones, lo que implicó una falla en la seguridad.
Informalidad
: había una informalidad al despachar los trenes para el servicio, lo
que aumentaba el riesgo de que ocurriera un accidente
Tiempo de
frenado: el tren circulaba a 20 km/h al chocar. Bajó 6 kilómetros a
último momento. Es posible que el motorman haya intentado un frenado de
último momento. El tren no tenía velocímetro.
(La Nacion)
Ok... no se hagan cargo de nada. Falta que digan que hubo 52 personas que decidieron suicidarse en once el mismo dia y a la misma hora, y ya está, estamos hechos! Hagance cargo que directamente, esa formación no DEBIA estar en circulación! Tranfugas!
ResponderEliminar