lunes, 31 de octubre de 2011

Un tren con alma

El tren hospital ALMA es único en nuestro país: desde 1980, lleva atención de salud gratuita a los poblados aislados de las provincias del Norte, a las que acerca servicios clínicos de atención primaria, odontológica y educación sanitaria. Este tren único en su tipo realiza visitas a poblaciones ubicadas en las provincias del norte de nuestro país, y las efectúa entre los meses de abril a noviembre, para poder contar con las maestras de la zona como aliadas en su trabajo. En los más de treinta años que lleva en funcionamiento, se calcula que los profesionales que viajan en él han atendido cerca de 80.000 niños. Comentan que hay casos en los que ya van por la tercer generación de “pacientes” del tren. En su interior viajan medicamentos, libros, folletos y decenas de cepillos de dientes, además de unos 10 voluntarios por viaje, dos cocineras y un jefe de mantenimiento. Su creador, el doctor Martín Urtasun, cuenta con una vasta trayectoria en los hospitales Argerich, Pirovano, Elizalde y Alvear. Dejó de operar a los 60 años al enfermarse de Parkinson, pero se sumó como coordinador del Tren Hospital hasta el viaje número 100. Hoy, con más de 80 años, es el presidente honorario de la Fundación Alma. N&P se comunicó con una de las voluntarias del tren, la técnica radióloga Claudia Figueroa, quien nos comenta acerca la realidad de las poblaciones a las que ayudan.

Noticias & Protagonistas: ¿Qué es el Tren Hospital ALMA para niños?

Claudia Figueroa: El Tren Hospital ALMA son tres vagones, sin locomotora propia, sin tracción, que van enganchados con los cargueros del FFCC Mitre, hacia el norte del país, desde hace 30 años.

N&P: Debe de haber sido una importante tarea conseguirlos…

CF: Sí, el autor de la idea es el Dr. Martín Urtasun, que hoy tiene 83 años. Cuando era joven vio que la situación se desbordaba, y pensó qué se podía hacer para atender a la gente del norte del país. Le pidió a Ferrocarriles que le cedieran tres vagones, él los restauró, los armó, los equipó con quirófanos, con salas de espera, con consultorios pediátricos y odontológicos. Otro vagón lo arregló como camarote, y el tercero como cocina y comedor. Hace 30 años que nada se ha modificado, porque el tren ALMA sigue completo; hace apenas unos días volvió de Salta.

N&P: ¿Qué pasó con la salud en el Norte del país durante estos años?

CF: Siguen esperando al tren, las patologías siguen firmes: hay tuberculosis, mal de Chagas, siguen los casos de desnutrición, por eso se trabaja mucho lo odontológico, porque los chicos tienen la boca destruida por mala nutrición.

N&P: Que viene de las madres, ¿verdad?

CF: Sí, están descalcificados por la desnutrición de sus madres.

N&P: Y no hay bonanza macroeconómica que los resuelva….

CF: Y eso que no hablamos del territorio de El Impenetrable. Yo viajé al Chaco, a Venados Grandes, un pueblo donde no hay agua ni luz, y están en una crisis total.

N&P: El interior del país tiene lugares muy olvidados, ¿verdad?

CF: Sí. Me tocó hacer otro viaje a la provincia de Córdoba y me sorprendí; me imaginaba otros lugares, quizá similares a los sectores carenciados cercanos a Mar del Plata. Pero en nuestra ciudad se llega con auto o con alguien que te alcance al HIGA o al Materno. En Córdoba todavía quedan pueblos como Lucio Mansilla, a 80 kilómetros de Dean Funes, en los que la gente no tiene remises, ni carros, ni caballos, ni agua ni luz, a 80 kilómetros de una ciudad importante. Es indignante, y es algo que hay que difundir, porque son cosas que se tienen que saber.

N&P: Un trabajo de una importante ONG mostró que en Capital Federal y Gran Buenos Aires las villas miserias han crecido. En Mar del Plata, de hacerse, demostraría lo mismo; y una de las fuentes sería gente que llega de Formosa, Chaco o Bolivia. Es gente que migra debido a la miseria, pero en las grandes ciudades no encuentra nada mejor que una villa.

CF: Y para ellos es como para nosotros irse a Uruguay. Buenos Aires está lleno de estas personas.

N&P: Es poco inteligente no contar con una política para que esta gente no deba irse de sus lugares, o que lo haga en mejores condiciones…

CF: Yo considero que este médico y su trabajo deberían tener más prensa. Me encargo de difundirlo acá en la ciudad; y las veces que viajé, una comisión del Colegio de Farmacéuticos me llevó al Sindicato de Empleados de Comercio donde yo trabajo, hasta un camión lleno de medicamentos.

N&P: Pero lo que indigna es que no haría falta, porque hay recursos públicos suficientes…

CF: Yo también estoy indignada, porque yendo en trenes cargueros tardamos cinco días recorriendo las tierras, y no puedo entender cómo existe tanta pobreza en lugares que podrían ser explotados económicamente. En el sector de la salud es muy triste lo que se ve. Uno va con muchas ganas de ayudar, pero yo soy radióloga y es muy poco lo que puedo hacer.

N&P: No podés cargar sobre tus espaldas con el destino de tanta gente…

CF: Es verdad, pero la realidad es shockeante. Ellos te esperan con una alegría inmensa; desde el día anterior a la llegada del tren se quedan aguardando en las vías. Y cuando llegamos vemos chicos de 14 años a los que atendemos desde que nacieron, entonces el vínculo es muy fuerte a pesar de que los profesionales van cambiando, ya que somos voluntarios que muchas veces se conocen en el andén. Pero a mí o al odontólogo, que vamos siempre, nos esperan con una enorme alegría y te desbordan con una mirada o con un gesto. Quisiera aprovechar para que se sepa que hay un documental sobre los viajes del tren; es la primera vez que hacen uno y ya ganó premios en Cuba a la mejor ópera prima y recién ahora se estrena en Buenos Aires.

N&P: En cierta forma, esta es también la historia de un fracaso…

CF: Es así. Si me dijeran que hay una salita de emergencia, o un hospital; pero no hay nada. Y si dicen que va un médico, un tren a Pampa Blanca, por ejemplo, no es cierto, no va nadie. Les creo a los habitantes cuando me lo dicen y lo verifico al observarlos. Tienen tuberculosis, y el mal de Chagas que es tan común allí como un resfrío en Mar del Plata. La Fundación ALMA es básicamente un tren pediátrico, pero igual atendemos a los grandes. Si la patología es importante, la Fundación banca los gastos de traslado. Pablo Fernández nos ayudó mucho, y el director del Colón, Luis Reales, también; nos ayudaron mucho para que esto se conociera. Voy ahora por el Auditórium.

El documental. Virginia Calgaro, Fernanda Cuffia y Lina Magnelli son cineastas egresadas del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales de Santa Fe. Ellas se animaron a plasmar en un documental uno de los tantos viajes del Tren ALMA. Eligieron llegar hasta Pampa Blanca, provincia de Jujuy, acompañando a los médicos del tren en su labor en el arte de curar. La travesía por el norte fue, además, la conclusión de un proyecto de tesis que con esfuerzos y ayuda de innumerables actores sociales pudo concretarse. Las jóvenes aseguran que con esta película intentan dar cuenta no sólo del trabajo de los profesionales, sino también de la otra realidad: las condiciones que muchos niños y jóvenes de nuestro país tienen que enfrentar para sobrevivir con escasos recursos económicos, sociales y sanitarios. Según afirman, el principal motivo que las movilizó a realizar esta película es haber vivenciado uno de los viajes por intermedio del relato de una de las médicas que los acompañó -hermana de Fernanda Cuffia-, quien las incentivó a ayudar de alguna manera. Buscan exponerlo en todos los medios de comunicación posibles, las escuelas y universidades, para que los ciudadanos y sobre todo las autoridades conozcan la cruda realidad, se concienticen y se unan con esta importante acción solidaria y comunitaria que realiza la Fundación. Destacaron que en esta misión colaboran personas en total anonimato pero con un gran sentimiento de amor por los más necesitados. Y, lamentablemente, notaron que muchos de los ciudadanos y de las autoridades de Argentina ignoran su existencia y el trabajo que realizan. “El tren se demoró en llegar una semana a Pampa Blanca, debido a que no posee locomotora propia y debe ser remolcado por los cargueros de trocha angosta de Belgrano Cargas. A esto, se suman los contratiempos, descarrilamiento, feriados, deterioro de las locomotoras, entre otros. La espera se hizo interminable, pero, finalmente todo salió según lo previsto. La experiencia duró tres gratificantes semanas’’, señalaron.

2 comentarios:

  1. Muy buenas tus notas me encantan!! Una sola sugerencia, tendrías que agregar el link de la fuente de donde las sacaste.

    Saludos!!!

    JP

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  2. Si lo voy a hacer GRACIAS POR LA SUGERENCIA
    SALUDOS! Trenes de Buenos Aires

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