martes, 18 de octubre de 2011

La trochita de regreso

El Viejo Expreso Patagónico, reliquia viviente, representa no sólo la historia de Esquel sino también a su comunidad. Luego de algunos meses sin operar, retomó el recorrido por fantásticos paisajes, en un viaje de aventura, historia e identidad. Luego de la contingencia sufrida hace unos meses, “La Trochita” logró recomponerse y volver a la actividad, lo que llenó de alegría no sólo a los turistas, sino también a los oriundos de Esquel: “El tren, para la ciudad, no sólo es un atractivo, es un sentimiento”, expresa Américo Austin, coordinador del viejo expreso. “A través de los años, el tren ha sido muy importante para el desarrollo de la ciudad. Esto hizo que todos se sintieran identificados desde lo sentimental, lo histórico y lo cultural”, destaca. Las novedades. Con el fin de mejorar el servicio, se están haciendo algunas refacciones que optimizarán las estaciones que toca en su trayecto La Trochita. “En este momento, se está mejorando y embelleciendo la estación de Nahuel Pan. Se está colocando césped y cestos de basura, y una formación para que la gente pueda sacarse fotos”, agrega Austin. Por otra parte, este año se ha incorporado el “paseo ferroviario”: en la vieja estación Esquel, se construyó un museo en el que se exponen fotos de diferentes épocas, componentes de la locomotora y elementos antiguos como máquinas de escribir y teléfonos, entre otros. Sin dudas, es el paso obligado antes de de subirse al expreso de trocha angosta. El recorrido: la historia y los paisajes. El tradicional recorrido dura, aproximadamente, tres horas. Sale de Esquel y se recorren 19 km hasta llegar a la localidad de Nahuel Pan, una pequeña colonia mapuche-tehuelche. Es aquí donde los pasajeros entran en contacto con las familias descendientes de estas comunidades, a la vez que degustan exquisitas tortas fritas ofrecidas por la gente del lugar. Asimismo, en Nahuel Pan se puede visitar la Casa de las Artesanas -donde se venden, principalmente, tejidos-; el Museo de Culturas Originarias, atendido por jóvenes de la comunidad aborigen y el Paseo de Artesanos. Luego de 45 minutos en esta localidad, se emprende el regreso. En este momento de la excursión, es posible contemplar las maravillosas combinaciones de paisajes, ya que el tren va por la montaña. Se puede ver desde la cordillera hasta las mesetas patagónicas y la ciudad desde arriba. Es importante que el pasajero lleve cámara de fotos, y que esté atento, por sobre todas las cosas, a las narraciones del guía: son ellas las que le brindan sentido al recorrido. Años en las vías. Los 75 centímetros de trocha son los que le valieron a este tren el cariñoso apodo de “La Trochita”. Llegado a Esquel el 25 de mayo de 1945, sus locomotoras datan del siglo XIX. En sus comienzos, y hasta 1993, este histórico tren a vapor -declarado Monumento Histórico Nacional- sólo cumplía una función netamente social: trasladaba pasajeros y mercancías desde Esquel hasta la localidad de Ingeniero Jacobacci. En la actualidad, el Viejo Expreso Patagónico ofrece la tradicional excursión. Icono entre los ferrocarriles del mundo, La Trochita es un auténtico museo rodante que representa, de manera fiel, el verdadero espíritu patagónico.

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